¿Un puto blog en 2025?

Creo que dejé de publicar como hace 11 años en blogs. Y ya llevaban años fuera de circulación, nadie los seguía. Nos habíamos ido a las agua más interesantes de Twitter, dónde era más fácil ser leído. Y digo ERA en mayúsculas por un motivo: entre la llegada del algoritmo y la compra por el reaccionario de turno, tener miles de seguidores no te garantiza ni 10 lecturas. Si no publicas a diario, o participas en los trends, tus seguidores no tendrán ni la opción de leerte. El algoritmo se ha convertido en un tirano destinado a hacerte pasar por caja, o a hacerte desaparecer si no encajas en la política de sus dueños. Lo que antes parecía conspiranoia se desvela real cuando el nuevo dueño se dedica a desbloquear a sus amigos, a conspiranoicos supremacistas, a negacionistas del covid y a otro grupo de personajes mal avenidos.

Más de uno está preocupado por la deriva de las redes sociales, de ser uno de los eventos más interesantes de las últimas décadas, empoderando públicamente a millones de personas, ha pasado a convertirse en el creador de movimientos totalitarios, de difusión de noticias falsas mezquinas, crueles y etniticistas. Todo el foro de la opinión pública ha sido volcado allí, y tras ello, se ha impuesto un muro de pago, todo el mundo puede leer, todo el mundo puede publicar, pero en general, solo se le lee lo que se paga o una minoría muy ruidosa que solo llega a gente de su propia burbuja. Es una burbuja de opinión censitaria, si se puede usar el término para eso, dónde cada uno tiene el alcance que se puede pagar.

Mucha gente se ha dado cuenta de esto y está dando pasos para contrarrestarlo. Bluesky tiene un algoritmo que impide la censura al mismo tiempo que frena la expansión de la desinformación, algunos famosos activista de Internet están haciendo sus propias campañas.